Rompiendo las estadísticas

"Provengo de una familia muy humilde y sacrificada, formada por mis padres y mi hermana mayor, quienes han sido mis principales guías y soportes, brindándome todo el apoyo necesario y alentándome durante las dificultades a seguir adelante, anhelando siempre por mi preparación académica para enfrentarme a la vida".

En el 2009 ingresé a la Escuela Básica N°1889 San Miguel para cursar la secundaria y poder culminar mis estudios de bachillerato. En aquel momento la edificación de la escuelita de más de 50 años de antigüedad se encontraba muy deteriorada, con graves problemas de infraestructura; hasta el punto de que en los días de lluvias teníamos que buscar cualquier otro rincón donde no goteara, para continuar estudiando. Hasta que en el 2011 llega la Fundación Prosegur a mejorar las condiciones educativas y recreativas, con la construcción de nuevas aulas a fin de velar por la seguridad de los alumnos; renovando los mobiliarios; brindándonos la oportunidad de acceder por “primera vez” a una biblioteca y de interactuar con la tecnología.

La beca que cambió mi vida

En 2014, culminé mis estudios de Bachillerato y en reconocimiento a mi dedicación, esfuerzo y buen desempeño, los directores de mi escuela me motivaron a presentar mi candidatura a las Becas Talento de la Fundación Prosegur para comenzar mis estudios de Ingeniería Comercial en la Universidad Nacional de Concepción. Tras el proceso de selección, me confirmaron que fui beneficiada con esta ayuda - ¡era la primera egresada de la institución! -, ofreciéndome la oportunidad de enfocarme 100% en mis estudios sin preocuparme por los aspectos financieros y con una motivación aún mayor de superarme: el hecho de sentirte apoyada te hace comprometerte aún más con los objetivos que deseas alcanzar.

Los desafíos de la vida universitaria

La carrera duró 5 años, que han supuesto un largo trayecto recorrido. Las clases eran nocturnas, y al no vivir cerca de la parada del bus, mi papá o mamá me esperaban cada día para recogerme. No importaba si hacía calor, frío o llovía. Siempre estaban esperándome, y por ello estoy muy agradecida por cada sacrifico que han hecho conmigo. Cada logro alcanzado será también de ellos. Durante la etapa universitaria se presentaron desafíos y obstáculos que tuve que enfrentar. Como provenía de una escuela de la zona rural, donde el idioma más utilizado es el guaraní, me costaba interactuar con los compañeros y realizar exposiciones en español. Expresarme y hablar fluidamente en este idioma fue todo un reto, pero con el tiempo fui perdiendo los miedos y afianzándome.

Me parece también importante recalcar que para egresar de la carrera, era necesario realizar una práctica profesional en una empresa. Y dicha oportunidad, surgió de nuevo de la mano de Prosegur, y concretamente gracias a Oscar Carmona, Delegado de la compañía en Concepción, quien me consiguió la pasantía durante un mes en una reconocida empresa comercial de la ciudad.

La graduación

A finales del 2020, cumplí mi sueño de obtener mi título universitario. Y después de estos largos años, llegó el día más esperado: ¡mi graduación!

Hoy miro hacia atrás y veo todo el camino recorrido. Me llena de satisfacción, porque el sacrificio y esfuerzo ha rendido sus frutos.

Definitivamente la FUNDACIÓN ha marcado mi vida de manera significativa, demostrando su compromiso con la educación como el único camino para mejorar el futuro de los jóvenes.

Por eso, me gustaría animar a más estudiantes a que se tracen como objetivo culminar el bachillerato y cursar una carrera universitaria, a ser mejor cada día, ya que con esfuerzo y dedicación se alcanza todo. No olviden que con talento y ganas de superarse siempre encontrarán alguna oportunidad.